Un milagro verdadero que vivimos hizo surgir la idea de hacer Balcanes Travel

Estábamos de vacaciones en Serbia (mi marido es Serbio y yo Chilena), y una amiga Tanja de Belgrado, Serbia, nos insistió que fuéramos a Montenegro con ella y
pasáramos las vacaciones juntos. Al principio nos resistimos, pero terminamos yendo, por la insistencia implacable de ella. También el alojamiento era el Depto de nuestra amiga. Al final, como pasa en la vida, nuestra amiga no fue por motivos muy particulares y nosotros nos quedamos solos en su Depto en Tivat.
Fue muy agradable ir a los lugares turísticos, ya que son hermosos. Todo aquel que ame a El Señor de los Anillos amara todos los Balcanes.
El día martes fuimos al monasterio de Ostrog de San Basilio. Este monasterio está literalmente esculpido en la montaña, nada puede igualar esta maravilla y sus iconos pintados. La historia de las personas que pisaron Ostrog son increíbles, de cómo se defendieron del Imperio Otomano o de los Nazis en la Segunda Guerra mundial. Tiene historias hermosas de personas que dejaron sus vidas por proteger a quienes amaban, hasta hay un proyectil Nazi que no detono enterrado en una muralla, en una de las cuevas donde se oraba.
La historia de San Basilio y su currículo de sanaciones era increíble, llegan peregrinos de todo el mundo…de todas las razas y credos. Nosotros llegamos como las 11 am y ya habían pasado más de 500 personas. Ese día caminé mucho, sumando las escaleras y el tour turístico. Para el miércoles, mi rodilla no me dejaba dar un solo paso por el dolor. En 2001 me atropellaron y quedé crónica, me faltan ligamentos en la pierna izquierda, tengo injerto de mi propio hueso y 2 pernos de titanio y por si fuera poco, menisco roto. Durante 22 años sentí mi pierna izquierda suelta, como una muela suelta en la boca, debía tener atención y sobre todo después de esginsarme la rodilla el 2015.
La cosa que ese miércoles casi cancelamos el viaje a Cetinje, ya que no podía pisar del dolor, pero entre los analgésicos, acupuntura que me proporcionó mi marido y masajes ya estaba un 70% bien, como para que igual fuéramos a Cetinje.
Nuestro interés, sobre todo el mío era histórico, puesto que en el Monasterio de San Pedro de Cetinje están los restos incorruptos de San Pedro, santo del siglo XVII, una astilla de la Cruz de Cristo y la mano de Juan Bautista. En ese minuto no creía que fuera la mano real de aquel hombre que bautizo a Jesús. La historia de dicha mano data del año 100 d.C. y paso de reino en reino a través de los siglos (Los Caballeros de Malta, también conocidos como Caballeros Hospitalarios o Caballeros de San Juan, miembros de la Soberana y Militar Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, más conocida como la Orden de Malta, el Imperio Ruso, Reino de Yugoslavia) hasta que llego a Cetinje. Cuando llegamos ese día jueves, lo primero que te dicen es nada de fotos. Mi marido Boris habló con uno de los 3 curas que se encontraban sentados en la entrada y le pide permiso para ver las reliquias, a lo que nos contestó que había que pedir permiso al cura custodio de la la ve. Mientras tanto nos hizo entrar a la capilla donde se encuentra el ataúd de San Pedro y las reliquias dentro. Había mucha gente entrando y saliendo mostrando toda su devoción y amor por el santo. Al punto que pensé que no veríamos nada, de un momento a otro, todo el mundo se fue y quedamos solos Boris, Mirko el taxista y yo. Boris miró hacia atrás donde estaba un cura mirándonos. Boris se le acerca y se presenta diciéndole de dónde venimos y que si era posible abrir el ataúd, ver las reliquias y sacar una foto (Mirko advirtió anteriormente a Boris de no pedir foto, pero Boris se arriesgó).
El cura accede y dice: “abriré el ataúd, verán las reliquias, sacaran una foto y luego cerrare”.
Me saluda muy gentil y abre el ataúd, yo quede exactamente frente a las reliquias. No sabía que pensar, ya que ves la mano derecha casi incorrupta de un hombre a la que la faltan 2 dedos (arrancados como tesoros) y la astilla de la Cruz de Cristo a su lado. Me sorprendió el olor a flores que empecé a sentir, era casi una presencia. Le mencioné a mi marido “sientes ese olor a rosas y jazmín?”, me dice que sí y Boris le pregunta a Mirko si sentía ese olor a lo que Mirko dijo que no sentía nada.
Luego hice algo que fue un impulso, puse mis manos sobre el vidrio justo sobre ambas reliquias. En cuanto lo hice pensé que el cura me retaría, ya que es una pieza invaluable y uno solo debe mirar, pero el cura no reacciono. Dejo que mis manos se posaran frente a las reliquias por unos momentos, luego escuche que decía que sacáramos la foto que debía cerrar el ataúd. Se despidió muy gentil y se fue. Yo aún estaba frente al ataúd, Boris me pide el teléfono para ver las fotos que saqué y yo solo hice el gesto de entregarle el celular cuando una energía empezó a surgir, mi corazón se saltó y empecé a sentir una sensación de elevación y plenitud.
Mi cuerpo hecho de carne y huesos tiene su densidad y peso, lo que empezaba a dejar de percibir, sobre todo en mi pecho era tan fuerte que en un momento yo solo existía luz, vivía luz, latía luz y fluía una energía que no solo envolvía mi cuerpo, si no que mi vida completa.
Sin tiempo ni espacio, deje hasta de percibirme a mí misma como Carolina. Fue tanta la emoción que empecé a llorar, me di cuenta que ya no cargaba con mis penas, traumas y angustias vividas desde tan temprana edad y arrastrados por casi toda mi vida, aunque en ese momento eran del pasado. Esa energía divina, elevo mi persona al punto de sacar todo peso emocional de ella. Esto con el tiempo me dio un nivel de amplitud, distancia y comprensión de mi misma.
Boris, no entendía por qué lloraba y le dije lo que me estaba pasando, pero ya era hora de irnos y yo solo tome mis lágrimas y las puse frente a la imagen de Jesús tallado en el ataúd, dando las gracias con toda mi alma.
A medida que nos alejábamos caminando del monasterio ese olor a rosas y jazmín empezó a ir junto a nosotros, como si caminara con nosotros. Le dije a Boris “sientes ese olor?, está con nosotros”, Boris le pregunta a Mirko si siente ese olor y Mirko una vez mas no siente nada. Me di cuenta por un segundo que camino muy bien, sin nada de dolor, mi pierna izquierda era tan fuerte como la derecha. Fue tan fuerte la sorpresa, que me dio timidez decir algo, y seguimos caminando. Yo entre sola a una capilla cercana para entender que pasaba, quería caminar todo lo que podía, no sentía mi pierna así desde hace 22 años. Hasta cuando estábamos en el restorán almorzando fui al baño solo para subir y bajar escaleras y nada… se sostenía firme. Hasta el día de hoy, me faltan ligamentos, menisco roto y todo sigue igual hasta los pernos aun suenan en los arcos de los aeropuertos, pero mi pierna esta firme.
Para mi fueron 2 milagros, mi rodilla izquierda y mi alma. Sentí que Juan Bautista me bendecía y entregaba su luz, sacando todo peso emocional de mí. Le dije a Boris, luego de meditar sobre el asunto “que te parece si hacemos que vengan personas hasta acá, quizás un camino por donde se ha orado por siglos y la joya de la corona sea la mano de Juan Bautista”. Siento que mucha gente necesita de esta bendición y que no faltará el feligrés al que le suceda como a mi… un milagro, que jamás pensé recibir, jamás me sentí digna de algo así, hasta en su momento frente al ataúd antes de dejar mis lágrimas en el Jesús tallado, pensé “porque a mí?” Dios en su generosidad me hizo ver lo importante que es sostenerlo en mi corazón y que pese hasta de lo que uno pueda creer de sí mismo, de lo que se merece o no en esta vida, Dios está mucho más allá que todo y bendice nuestra alma.